Estimados Señores/as de la Real Academia Española:
Les escribo solo esta carta, sin compañía quiero decir (ya
que me han dejado solo mis mejores amigos -solamente los mejores, los otros siguen
conmigo, quiero decir) para preguntarles a causa de qué han decidido que el
vocablo solo, solo este, no otros, quiero decir, no necesita ya llevar tilde que
diferencie sus dos acepciones.
Yo solo sé (solo yo, quiero decir, no en soledad sino solamente,
porque aunque sé algunas cosas en este caso me refiero solo –de solamente
también- a este caso) que esta tilde ha sido siempre necesaria no solo (de
solamente) porque le da significado completo a la palabra en sí, sino también porque
nos permite hacer ejercicios de refresco ortográfico que, como sabemos, no solo
(de solamente, no es que el NO esté solo, en soledad, digo) en estos tiempos de
Guassap y SMS nos viene muy bien para no perder la gran importancia de nuestra
lengua, rica no solo en matices y acepciones (de solamente, me refiero), sino
que es también un lenguaje universal que nos une, nos comunica y nos convierte en un solo ser (solo de único,
en este caso, no de solamente).
Supongo que no desean rectificar su decisión y que estoy
prácticamente solo (solo de abandonado por el resto, no de solamente), porque
han eliminado precisamente una de las mayores utilidades de una tilde en
nuestro idioma. Solo quería decirles eso (solo porque aún no han regresado mis
mejores amigos, me refiero). Solo eso (ahora sí, de solamente). Ya no veo un
solo vocablo “solo” con tilde en la literatura reciente: una lástima. Eso sí,
me niego a aceptar su decisión, y solo en este (solo en este no lo haré, quiero
decir, no que esté yo abandonado en él) de mis escritos no le pondré la tilde
cuando le corresponda. Las decisiones han de tomarse con motivo, no solo (de
solamente) porque hay que demostrar que uno se gana las lentejas.
Muchas gracias por su atención. Atentamente:
Álvaro, un usuario solo del lenguaje (solo respecto a que me
siento discriminado en mi opinión, no que no utilice nada más que el lenguaje,
quiero decir).